“SER CONSEJERO ES UNA GRAN RESPONSABILIDAD, QUE TAMBIÉN CONLLEVA RIESGOS; POR ESO NUNCA APRUEBES NADA CON LO QUE NO ESTÉS DE ACUERDO O QUE NO ENTIENDAS”

Afirmó Elena Gil, Directora del Área de Educación y Medio Ambiente de la Obra Social Caja Madrid y consejera independiente de Jazztel, en nuestro 12º desayuno de trabajo.

Elena, desde su experiencia de muchos años como consejera, definió de forma muy clara y concreta cuáles son, desde su punto de vista, los factores más importantes e influyentes en la responsabilidad y eficacia de Consejos y Consejeros, y nos ofreció una serie de “tips” a tener en cuenta cuando se nos plantea incorporarnos a un consejo de administración, o a la alta dirección de una empresa.

 

Lo primero es saber “dónde te vas a meter”. Cómo es el sector, cómo es la compañía, cómo funciona y por quién está integrado el  Consejo, y de forma muy honesta y lo más objetiva posible, plantearse cuál puede ser nuestra aportación al mismo. Y una vez convertido en consejero, es fundamental una primera fase de inmersión en la compañía y un perfecto entendimiento de cuál es el modelo de gestión, cómo funcionan los sistemas de información, cuáles son los centros reales de poder, etc.

 

Elena considera que la alta dirección es el vivero natural de consejeros y que siempre viene bien “haber sido cocinero antes que fraile”, porque la experiencia en el trato con los Consejos desde la alta dirección puede facilitar mucho el camino a la inversa.

 

En cuanto a las funciones básicas del Consejo de Administración, identificó las siguientes:

–         Liderar la compañía: misión y “sueño aspiracional”.

–         Definir la estrategia general, que pasa por analizar, repensar y mejorar las propuestas de la dirección.

–         Responder frente a los accionistas

–         Controlar la gestión y los riesgos, analizando, controlando y evaluando anualmente el desempeño de la alta dirección, de los consejeros y del propio Consejo.

–         Vigilar el buen gobierno corporativo de la empresa y hacer benchmarking.

Indicando como factores básicos de su eficacia:

–         Cómo está compuesto (formación y diversidad de sus miembros), cómo funciona y cómo se organiza.

–         Separación entre Presidente y Consejero Delegado. Nivel de delegación del Consejero Delegado en el Consejo.

–         Planificación y funcionamiento de las sesiones.

–         Transparencia

–         Sistemas de gestión de crisis.

–         Evaluación permanente.

Respecto a la eficacia de los consejeros, Elena cree fundamental que reúnan estos requisitos de partida: independencia, integridad, criterio, dedicación, y firmeza de carácter.

Y que realicen su desempeño con:

–         Perspectiva estratégica.

–         Capacidad de tomas decisiones consistentes, utilizando toda la información disponible.

–         Facilidad para comunicar y defender sus opiniones.

–         Habilidad para interactuar con otros consejeros, también fuera de los consejos (creando redes informales).

–         Orientación a resultados