He trabajado la mayor parte de mi vida en grandes multinacionales de carácter tecnológico, incluso ahora como Senior Advisor de Atos. Mi familiaridad con ese ámbito es total, como es total mi perplejidad ante la escasa presencia femenina en los sectores informáticos (menos del 25% ¡en el mundo!), pero también en las ingenierías y en otras ramas científicas y técnicas. Hay mujeres en esos campos, sí, y algunas ocupan puestos destacados, pero su número no se corresponde con su acceso a los estudios superiores, que en muchos lugares –España, para empezar, con más del 54%- supera al de los varones.
Tal vez porque ahora hay más sentido de la igualdad, observo un interés creciente de los medios sobre la cuestión, incluso con artículos que rescatan a pioneras geniales de cada rama. Es más, recientemente me comentaba una amiga –aunque es una anécdota- los aplausos tras la película Figuras ocultas, sobre tres matemáticas negras –doble discriminación en su caso- de la NASA, claves en la carrera espacial. No es casual que el cine también se implique en la batalla.
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