LAS MUJERES SUPONEN EL 60% DE LOS LICENCIADOS, PERO SÓLO EL 10% DE LOS ALTOS DIRECTIVOS.
Como constató nuestra ponente ISABEL LINARES Counsellor para el sector público en PwC (anteriormente Directora General (CEO) en Telemadrid , Presidenta Ejecutiva en Sanitas Residencial y Directora General en Grupo Sanitas)
Isabel, presentó el estudio “La mujer directiva en España” que ha llevado a cabo Isotès en colaboración con PwC, en que se concluye que las mujeres están suficientemente preparadas, acceden al mercado laboral con normalidad y bastantes llegan a ser mandos intermedios, pero ahí se paran, como se demuestra en el siguiente gráfico de porcentaje de distribución de hombres y mujeres a lo largo del ciclo de vida profesional
Las razones que parecen explicar el por qué de este techo de cemento que tapona la ascensión de la mujer a puestos directivos de primer nivel, son las siguientes:
• La dificultad que tienen las mujeres para conciliar la vida personal con la profesional, quienes siguen siendo vistas (por los demás y por ellas mismas) como las principales responsables del cuidado de familiares y del hogar. La maternidad coincide en muchos casos con el momento de desarrollo profesional clave para acceder a puestos directivos.
• Todavía muchas empresas tienen un estilo de organización heredado de hace años, cuando los hombres trabajaban y sus mujeres estaban en casa cuidando a la familia. El trato ahora a la mujer suele ser igualitario al hombre, pero las circunstancias de las mujeres no lo son. La presencia, aún palpable, de una cultura masculinizada en algunas empresas hace que la mujer tenga más difícil su progresión hacia puestos directivos y cuando llega se siente poco respaldada en estos niveles.
• Las promociones a la alta dirección las hacen los que ya han llegado y son hombres en su mayoría. Ellos eligen entre sus círculos, conocidos y personas de confianza que suelen ser también hombres. En algunos entornos, los hombres promocionan por su potencial y las mujeres por sus resultados.
• Las mujeres tienen menos visibilidad, exigen menos que los hombres y se focalizan más en el desarrollo del trabajo que en las relaciones personales en el ámbito profesional.
Todo esto, mientras los estudios demuestran la positiva correlación entre mejores resultados económicos de las empresas y un número significativo de mujeres presentes en sus equipos directivos.