Medio: La Vanguardia | 25.06.2016
Un estudio de la Universidad de Michigan asegura que aún existe mucha desigualdad en el reparto de las labores domésticas.
Mientras para los hombres tener una compañera les agrega una hora (¡solo una!) de trabajo extra, para las mujeres son siete, lo que equivale casi a un trabajo paralelo, pero sin dinero, ¡voila!. A la pregunta de, ¿por qué la edad jubilatoria de las mujeres debería seguir siendo menor que la de los hombres? La respuesta está, justamente, en estas cuestiones: trabajo doble, por muchos más años. Las mujeres, en la mayoría de los países del mundo, cuidan de la infancia y de la vejez, se pague o no por eso.
Según un informe de este año de la Organización Mundial del Trabajo, “el reparto desigual de las labores de cuidado y las tareas domésticas no remuneradas entre las mujeres y los hombres, y entre las familias y la sociedad, es un determinante importante de las desigualdades de género en el trabajo”. Si los hombres no negocian quedarse en casa cuidando a los hijos en los períodos en los que las mujeres ingresan al mundo laboral, cambian de trabajo o se les presenta una oportunidad importante para su crecimiento, la desigualdad se reproduce y multiplica.
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